viernes, 12 de marzo de 2010

Sin oponer resistencia


Así que después de tanta India llegamos al Nepal, lugar de pueblos de montaña, vistas espectaculares y gentes amables, y aunque bastante mas occidentalizado que la India, con sus costumbres, que para un occidental no dejan de ser sino extrañas.

Parece mentira como la gente puede cambiar tanto al solo cruzar una frontera, no solo sus rasgos orientales sino también la manera en la que actuan, por norma general son personas tranquilas, amigables y con una sonrisa en su cara. 

Es curioso lo bien que se trata a los turistas aquí, por ejemplo, un turista siempre tiene sitio en el autobus, obligando a los autoctonos a ponerse de pie si es necesario, y lo mas divertido es que a diferencia de los Nepalies un turista puede también viajar en el techo del autobús. De modo que en el trayecto de Tansen a Pokhara pude disfrutar al maximo el clima, la flora y la fauna del lugar (literalmente), aunque al principio fue bastante terrorifico, al final pude deleitarme en la experiencia tanto, que ha sido uno de los momentos mas autenticos del viaje. La situación se repite cuando en ciertos trayectos en Jeep vas colgado literalmente del mismo, por carreterillas de curvas al lado de barrancos infernales, todo esto se está convirtiendo en la norma del dia, esto sumado a mi primera experiencia haciendo escalada, en las paredes rocosas de Dumre, esta acabando con mi pequeño miedo a las alturas que me había acompañado toda la vida y viene con cierto regusto dulce que lo hace apasionante y me hace sentir mas vivo. Esto sumado a los tres meses que llevo fuera, abierto a gentes y costumbres diferentes, abierto de alguna forma a superar los prejuicios y miedos que uno tiene, pues muchas veces no queda mas remedio que no pensar y amoldarse a lo que viene de la mejor forma que uno puede, es lo que se está conviertiendo en lo que creo que viene buscando la mayoria de gente en un viaje de este tipo, el no oponer resistencia hace que otro tipo de experiencia se haga factible.

Lo cual me ha hecho plantearme varias cosas, de alguna forma supongo que es un camino evolutivo natural , ¿porque tendemos a hacer siempre las mismas cosas?, ¿porque tenemos miedo a lo desconocido? y si cuando el viaje termine, esta forma de vida o de experimentar los momentos se acabará también.

Si bien la India no ha sido para nada tal y como me pensaba, no ha resultado el lugar místicio o espiritual del que se habla, o que nos imaginamos, la experiencia que ahí se tiene si se puede etiquetar de mística o espiritual, pero la conclusión es que el poder de tener esta experiencia esta dentro nuestro, no tenemos que irnos a ningun sitio a buscarla, nos vamos a comprar a la panaderia del otro barrio cuando tenemos una al lado de casa, el tema es no oponer resistencia, no oponernos a lo que es, a lo que hay, dejandonos llevar.

Nepal es un lugar sensacional, el Trekking que hicimos por los Himalaya, nos hizo transitar caminos increibles de vistas que parecian de pelicula, cuando miro las fotos aún me cuesta creer que de verdad estuviera allí. Ahora estamos en un encantador pueblecito de casitas de piedra y calle enflorecida llamado Bandipur y pronto nos dirigimos a Katmandú, la capital, una ciudad que por lo que nos han dicho es agotadora y llenisima de gente pero para alla vamos sin oponer resistencia.

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