jueves, 21 de enero de 2010

Than



Posiblemente lo mas autentico que me ha pasado desde que partí, es acabar accidentalmente en el templo baba de Than, cuando nuestra primera intención al dirigirnos a la comarca de Kutch, en la región del Gujarati al noroeste de la India, era la de ver los trabajos de artesanía en los poblados de la zona.


Después de salir de Mumbai, nos dirigimos a Ahmedabad, otra ciudad agotadora y llenísima de gente, donde estuvimos un par de días guiados por nuestra recién conocida Angela, que reside en la ciudad temporalmente, mientras estudia en el instituto nacional de diseño, que nos enseño parte de los lugares más pintorescos de la ciudad, además de tener la suerte de coincidir con el “Kite festival”, festival donde se llena el cielo de la ciudad con las cometas que vuelan los ciudadanos.





De Ahmedabad directamente a Bhuj, capital de la comarca de Kutch, otra ciudad agotadora y llenísima de gente, donde alquilamos unas motos y fuimos a ver los poblados de los alrededores, recomendados por el pequeño ser bigotudo de la oficina de turismo, en busca de la elogiada artesanía. Uno de los destinos era Than, a unos 110km, donde nos habían dicho que podríamos pasar la noche, así que temprano por la mañana, parada de autobús, y para Than, después de 5 horas, dos autobuses y un monton de gente poco acostumbrada a ver tusistas que nos preguntaron nombres y país de procendencia cientos de veces, nos abandonan en una carreterilla en medio del desierto y nos dicen que tenemos que andar un kilometro.







Mochila en la espalda y sol extenuante, casi el kilometro más largo de mi vida, en parte por la impaciencia de ver la ansiada artesanía en un lugar tan remoto, por fin llegamos a lo que parece una pequeñísima ciudad rodeada de un muro con una entrada en forma de arco bastante pintoresca.


La primera persona que nos encontramos el encantador Pravudash, señor de gran barba blanca que no hablaba ni una palabra en ingles pero que nos explico hasta la vida de su tatarabuela sin entender nosotros ni una palabra, nos acompañan a lo que serian nuestros aposentos, una que estaría vacia de no ser por 4 colchones tirados en el suelo, así que sin pensárnoslo mucho dejamos las mochilas, bajamos para abajo, y el tipo nos dice con gestos que demos una vuelta y tiremos todas las fotos que queramos.







Entonces empezamos a descubrir, que lo que en nuestras expectativas era el mayor pueblo mundial creador de artesanía, era un monton de “capillas” llenas de figurillas, imágenes y inciensos. Gran decepcion, que hacemos ahí y porque hemos perdido todo el dia en llegar a este sitio perdido. Fue entonces cuando sentados sin saber que hacer, empezamos a advertir la calma del lugar, intensificado después de varios días de ciudades agotadoras y llenísimas de gente. Al final decidimos relajarnos y aprovechar la ocasión para respirar la paz del lugar.


De modo que invertimos varias horas en inspeccionar y fotografías el templo de 1450 años de antigüedad, y ya sin saber que hacer nos sentamos al lado de Pravudash con el que intercambiamos unos gestos , es increíble pero al final te acabas entendiendo. De pronto escuchamos el ruido de un vehiculo llegar, y Pravudash nos hizo entender que un “Baba” importante estaba llegando, acto seguido entra por el arco un tipo con turbante blanco y gran barba vestido al más puro estilo hindú, nos dice hola y se dirige a lo que parecía la sala principal del templo, Pravudash nos insta a que vayamos y le presentemos nuestros respetos, uniendo las manos, apoyando nuestras rodillas en el suelo y parecía que teníamos que decir “adesh”. Bastante torpes nos dirigimos hacia dentro sin saber bien que era lo que teníamos que hacer ni como, al final nos recibió con una sonrisa y nos hizo sentarnos. 


Los babas son hombres sagrados en la India que rezan por todos, visten de naranja y van pidiendo limosnas, sin embargo este no era un baba normal, pues iba vestido de blanco, mas bien debia ser un guru.







Acto seguido empezó a llegar mas gente, el baba Sonma se sentó en su sillón mientras la gente se arrodillaba ante el y dejaba ante sus pies sus ofrendas. Sonma saco un puñado de Ganja (cáñamo), la trabajó mientras preparaba su shilum.


El shilum representa el lingam o pene de Shiva una de las deidades del hinduismo, al aspirar el humo a traves de el entran en contacto con Shiva.


Asi pasamos varias horas viendo el ritual sin enterarnos de una palabra ya nadie hablaba ingles y mucho menos español, el ritual parecía consistir en lo siguiente, la gente viene al templo y hace una ofrenda para poder hablar con el Baba que se tomaba su tiempo y acababa aconsejando, unas veces consiguiendo una cara de aprobación y otras una cara bien larga, todo bien bañado con el humo del rico shilum que el baba ofrecia a quien quisiera al mas puro estilo Bob Marley. Al dia siguiente hicimos un pequeño trekking al templo de la montaña a unos 4 kilometros casi trepando por las piedras, lo que resulto ser un lugar con unas vistas impresionantes lleno de Babas, lo que seria el paraíso para un rastafary pero sin música reggae.




Aunque bastante divertida, la experiencia fue realmente agradable, pudimos relajarnos en un lugar espectacular y ver las costumbres de esas gentes, ayudando en el templo a sus quehaceres diarios.


Hasta la próxima!






domingo, 10 de enero de 2010

Tienen respuesta nuestras preguntas?

Y si realmente tienen respuestas, porque nos las planteamos?, son realmente relevantes?

Bueno, después de un estado bastante vacacional en Arambol, un lugar bastante turístico, lo que podría ser una Ibiza hindú, por fin nos movemos. Al fin parece que abiertos a las coincidencias, empezamos a conocer a gente por el camino, donde uno empieza a agradecer las pocas palabras de ingles que sabe con las cuales puede entenderse con gente de todas partes, que hemos ido encontrando durante el viaje.



Sin duda esos momentos de encuentro producen en la mayoría de las ocasiones gran satisfacción, al haber un intercambio de ideas, experiencias o lugares, normalmente estos encuentros marcan lo que va a ocurrir en un futuro cercano o lejano. Empezamos a tener contactos de gente que esta viajando por India, algunos conocen bien el lugar, otros están instalados aquí y nos ofrecen un lugar donde dormir y buena compañía. En algunas ocasiones recibes de estos totales desconocidos el amor que echas de menos de tus familiares y amigos.

Por lo general tienen un perfil común, personas a las que les encanta viajar, que lo han echo o tienen intenciones de pasar bastante tiempo viajando a lo largo de sus vidas, muchos sufragan sus viajes con los mismos viajes que hacen, comprando material barato para después venderlo en sus países de origen o en otros países a los que se dirigen, por lo general tienen algo especial en sus miradas, como si todos esos kilómetros hubieran dejado huella bajo sus retinas, parece que esos viajes les han hecho fuertes, han perdido sus prejuicios para comprender o vivir sus vidas intensamente.



Lo mas curioso es que todos vinieron buscando algo, si no simplemente un sitio donde vivir un tiempo, una respuesta, una respuesta a esas preguntas, no se sabe bien cuales. Que me depara el destino o que es lo que quiero hacer, para que sirvo o que hago con mi vida. Lo cual me hace plantearme otra pregunta, es curioso porque yo salí sin ellas de casa ,de donde salen estas preguntas porque supongo que yo también necesito una.

Entonces, tienen respuesta nuestras preguntas, o mas fácil, porque nos preguntamos cosas? Si hay algo innato en el ser humano es la necesidad de conocer, creemos que debemos saberlo todo o entender las cosas a nivel mental, el problema aparece cuando nuestra búsqueda no tiene fin, cuando nuestras preguntas simplemente no tienen respuesta.

De Arambol fuimos a Panaji donde cojimos un sleeper bus a Mumbai, en el bus conocimos a bastante gente interesante, entre ellos Dan y Ángela un ingles y una española, que nos acogieron como a hermanos y nos mostraron un sitio donde dormir y algunas partes interesantes de la interminable ciudad, de unos 17 millones de habitantes, la que tardamos unas dos horas en atravesar para llegar a la estación de autobuses.

Es curioso que en tres semanas ni el trafico me parece tan loco, ni el hecho de encontrarme una vaca cruzando la carretera es tan sorprendente.