sábado, 6 de febrero de 2010

Pushkar



Así que dejando la paz a un lado y despues de unos cuantos autobuses mas, nos dirigimos a Pushkar, lugar bastante pintoresco donde decidimos pasar un par de semanas, para tomar unas clases de música y comprar cuatro cosas.


Si bien de cada lugar te llevas algo diferente, y este aporta algo, de Pushkar me llevo la música y que se ha convertido casi en mi casa, incluso me deja mal sabor de boca irme de la ciudad. Aunque la relación con los lugareños suele ser estrictamente comercial  a causa de ser el lugar bastante turístico, hemos conocido bastante gente interesante por aquí, incluso relaciones que han llegado a ser bastante cercanas.

Simplemente parece que vas despacio aquí y que de alguna manera el tiempo va mas rápido, nadie tiene prisa y uno se acostumbra a este ritmo de vida.


Es curioso como uno acaba acostumbrándose a todo, ya no parece asombrarme tener que esquivar  por la calle una vaca, un jabalí una manada de perros salvajes o monos de diferentes tipos, estos no parecen pertenecer a nadie y al mismo tiempo son de todo el mundo, la gente deja comida para ellos por la calle y ninguno de ellos muestra nunca signos de violencia, han encontrado una manera de convivir en armonía. Evidentemente todo tiene sus pros y sus contras al mismo tiempo que siempre sabes donde dejar la piel un plátano o los platos orgánicos hechos con hojas secas que te dan en los puestos de calle, también tienes que ir esquivando sus deposiciones por suerte inodoras que van dejando por el suelo, llevándote alguna sorpresa de vez en cuando, aunque por suerte aquí también es signo de buena suerte.



De modo que allá vamos otra vez en dirección para Varanassi desde donde en principio tomamos el bus que nos llevara al Nepal. Saludos para todos!